viernes, 5 de enero de 2018

¡¡Bienvenido 2018!!


Y llegó un nuevo año.

Desde muy temprana edad, siempre me ha gustado hacer reflexiones personales y en la intimidad de mi ser. Siempre he utilizado ese método para crecimiento personal y espiritual. Aprendí a ver cosas que nadie se percataba, quizás me preparaba sin saberlo y quizás por eso tengo una alta sensibilidad y entendimiento de la vida.

Entiendo que todos como seres humanos somos imperfectos, pero no entiendo la injusticia, la indiferencia, la deslealtad, menos el desamor... por eso....

Estoy convencida que el ser humano puede y debe evolucionar siempre, más aún porque lo único constante en la vida es el cambio. Ello permitirá adecuarnos a cada una de las diferentes situaciones que se nos presenta a lo largo del camino de nuestras vidas.

Evolucionar es como el mar, si nunca has estado en un mar agitado con oleaje anómalo, no sabrás que, al momento de entrar aunque sea la orilla, debes pisar fuerte para no tambalear por más chica que sea la ola, ya que no sabes con qué fuerza vendrá... o tampoco sabrás que pueden tocarte olas cruzadas, es decir, que vienen de todos los flancos... podrá moverte, pero nunca te caerás. 

Desde chica jugué así en el mar, nunca lo desafié, lo respeto mucho para eso, pero sí me gustaba practicar. Por eso en cada visita al mar, me perfeccionaba más y más para resistir cada vez más tiempo.



Por eso hoy romperé mis esquemas, este año será distinto, ya que al venir de un par de años muy difíciles, aunque de mucha enseñanza, es hora de compartir. Si tan sólo le sirve a una persona, me sentiré feliz.

Cuando nació Francesco, jamás pensé que iba a tener este maravilloso viaje aunque muchas veces existan mareas altas, tormentas y hasta huracanes; como lo han sido estos últimos 730 días.



En estos años pude llevar con bien todas y cada una de las discapacidades que fueron apareciendo en Fran; pero la ceguera fue un golpe bajo mucho más que cualquiera de todas; ya que, al no hablar, era el medio de comunicación que teníamos con Fran, teníamos una comunicación más que directa, por el cual pudimos avanzar muchísimo y hasta organizar el Autismo.

La parte positiva es que Francesco tenía muchas cosas adquiridas. Lo negativo fue la gran depresión que atravesó. 

Como siempre trato de sacar lo positivo hasta de lo más negativo, aunque con mucha dificultad querer sobreponerte a tremendo shock, en especial delante de él... lo tomé como un reto el querer comunicarnos, pero sobretodo, comprender lo que quería y no. 

Entonces confirmé una vez más, que el Amor es el mejor de los lenguajes. Eso de "Todo lo que hagas, hazlo con Amor" cobró vida. 
Me encomendé a Dios, le pedí mucha luz, puse mi corazón en una cajita de fósforo y lo guardé bien. Entonces respiré profundamente y fuimos para adelante... una y otra vez cada día de este 2017 que pasó.

El 2017 cerramos con broche de oro cuando pasamos por una semana llena de altas y bajas, que aún nos cuesta estabilizar. 
Mucho color para las fiestas, pero para nuestros hijos con Autismo las fiestas con pirotecnia es sinónimo de sufrimiento. Por ahí dirán "Bueno, ya pasó" si obvio, pasó, pero igual debemos hacer una evaluación, análisis y mejoras para el siguiente diciembre. Buscando lo mejor, es la única manera de asegurarnos que Francesco, y todos las personas con Autismo, puedan disfrutar de su derecho a disfrutar unas hermosas fiestas en familia.




Les aconsejo no suponer nada, me pasó, supuse que la gente a mi alrededor, conociendo a Fran y su problemática, sería respetuoso y no usaría pirotecnia cerca. Craso error. Fue cuando recordé a mi madre, aquellos días que decía: "Más conozco a la gente, más amo a mi perro" y la comprendí.

Lo bueno es que no podemos poner a todos en la misma bolsa, porque hubieron vecinos que sí escribieron preocupados por Francesco para saber cómo se encontraba. 

Luego de toda esta experiencia festiva, les puedo decir que la gente es como la harina. No hay que suponer nada, debemos adelantarnos, hay que discernir y quedarnos con lo bueno, el resto dejarlo pasar y que sigan su camino. Que Dios obre en ellos de la mejor manera.

Eso sí jamás desearé a nadie que no lo merezca, tener un hijo/a con discapacidades diferentes, porque sería de mucho sufrimiento para esa personita que llegue a esa familia. No todos merecen tenerlos. 




Lo mejor es entregarle a Dios, toda ese dolor, ese sufrimiento de ver a tu hijo mal por terceros y pedir iluminación para evitarle lo más posible y pueda disfrutar unas maravillosas fiestas en familia.

Cada año, cada mes, cada día, cada hora, cada segundo, lo mejor es deshacernos de las mochilas negativas generadas por otros. Será la única manera de avanzar en Paz. Que toda esa injusticia, indiferencia, desamor, dejáselo a ÉL. Dios sabrá cómo, cuándo y con quién hacer justicia. Vos sólo llenate de mucha luz, en tu alma y en tu corazón. Que así sea, Amén.




Tenemos un año por conquistar todo lo que ellos necesitan. 
Por eso, para este 2018 le pido a Dios muchas bendiciones para todos y cada uno de ustedes. Que les dé mucha fuerza, mucha garra para obtener lo que necesitan y desean para sus familias. 
Que Dios ilumine sus caminos hoy, mañana y siempre. Que así sea, Amén.


 




































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